domingo, 15 de noviembre de 2009

Tengo la esperanza de que así sea. Reflexión so pretexto de los 20 años de la caída del Muro de Berlín.


Seguimos celebrando que hace 20 años cayó el muro de Berlín porque esto marcó el fin de una era. Hubo muchos factores detrás de la caída del Muro, muchas personas que entregaron su vida para la consumación del hecho. So pretexto, quiero reflexionar sobre una persona que contribuyó en todos los niveles  para que cayera: Juan Pablo II.


Juan Pablo II fue papa de la Iglesia Católica, pero además fue un hombre polaco que vivió en el régimen comunista tanto como actor y escritor de obras de teatro, como un sacerdote clandestino y luego como obispo. Fue una persona que constantemente trabajó para crear espacios de libertad de conciencia, libertad religiosa, así como la libertad intelectual en todo tipo de actividades. Este hombre entendió y experimentó la realidad del comunismo tanto en la vida cultural, política, religiosa y pudo ver su colapso en 1989.

Dos años le tomó a Juan Pablo II reflexionar y publicar su encíclica Centessimus Annus, la cual celebraría los 100 años de la encíclica Rerum Novarum y en la cual resaltaría hechos importantes sobre la caída de este régimen totalitario. Dos son para mí claves: primero, que el comunismo es un régimen que colapsó porque estaba fundamentado en una mentira sobre la persona humana. La visión de persona del comunismo al no reflejar y promover la dignidad humana no podría continuar era un sistema totalmente articulado en una visión de persona distinta a la realidad. Segundo, porque los seres humanos estamos hechos para el encuentro, es en el ejercicio de la solidaridad en comunidad que nos realizamos. El comunismo evidentemente, fue un régimen que intentaba cortar todas las expresiones y momentos en el que las personas pudieran llegar a formar comunidades, algo que atacaba la condición dialógica de la persona, fundamento de las relaciones humanas. 


Las mentiras sobre la persona humana continuaron y Juan Pablo II no dejó de manifestar su inconformidad. Siempre estuvo ahí, junto a cada uno de nosotros recordándonos cuál debía ser el camino para revelar las mentiras: reconocimiento de la dignidad de la mujer, compromiso con mejorar las condiciones de vida de todos y cada uno, vivir la solidaridad, defender la vida de todos los seres humanos, ser generosos y salir de nosotros mismos, amar, promover la paz…


Todo su pontificado  y en cada una de sus encíclicas, cartas, homilías, reuniones... tomaba la palabra para recordar que no había que tener miedo, debía que seguir adelante con esperanza para inundar de verdad todas las esferas de las actividades humanas.

La caída del Muro es innegablemente un recurso de esperanza. Pero es preciso continuar tirando los muros de la mediocridad, la corrupción, la mentira, el odio, el egoísmo individualista, del uso que le damos a otros en nuestra vida diaria. No hay otra vía, el Muro no se construyó en un día así tampoco el proceso que lo derribó  fue instantáneo. Tomó tiempo, como todo toma tiempo en nuestras vidas. Es necesario luchar para derribar nuestros muros internos y derribar aquellos que rodean o con los que hemos rodeado a los demás.

Tengo 26 años, soy de esa generación nutrida por las palabras, vida y ejemplo de este gran hombre de la Iglesia, de la cultura, de la política, de las ideas del siglo XX… Esta generación de jóvenes a la que pertenezco es la más grande de la Historia. Si tan sólo nos uniéramos en solidaridad a sacar adelante este proyecto de amor y de entrega en cada actividad cotidiana, cuántos muros no pudiéramos derribar juntos! 

Para terminar mi reflexión pongo un video que me encanta de Juan Pablo II, en el que nos invita a los jóvenes a ser los centinelas del mañana. Creo que este mensaje no es sólo para jóvenes Católicos. En general, es un mensaje de esperanza y de amor, de fe en que tomaremos las riendas de nuestro mundo y lo dejaremos mejor de lo que lo encontramos. Que estas ideas nos lleven a la unidad y a un mundo más justo y solidario. Los dejo con Juan Pablo II.


El video está en italiano por lo que el texto puede encontrarlo abajo del video. 










Queridos amigos, en vosotros veo a los "centinelas de la mañana" (cf. Is 21,11-12) en este amanecer del tercer milenio. A lo largo del siglo que termina, jóvenes como vosotros eran convocados en reuniones masivas para aprender a odiar, eran enviados para combatir los unos contra los otros. Los diversos mesianismos secularizados, que han intentado sustituir la esperanza cristiana, se han revelado después como verdaderos y propios infiernos. Hoy estáis reunidos aquí para afirmar que en el nuevo siglo no os prestaréis a ser instrumentos de violencia y destrucción; defenderéis la paz, incluso a costa de vuestra vida si fuera necesario. No os conformaréis con un mundo en el que otros seres humanos mueren de hambre, son analfabetos, están sin trabajo. Defenderéis la vida en cada momento de su desarrollo terreno; os esforzaréis con todas vuestras energías en hacer que esta tierra sea cada vez más habitable para todos.





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