jueves, 29 de octubre de 2009

Post data del go green


Que quede claro que igual sigo en un plan de comer saludablemente. He dejado de comer en la mayor de mis posibilidades azúcar, pan y esos alimentos que, después de la quincena verde, reflexioné me causan mal, cansancio, ¡hasta mal humor!...

Sobre la abstinencia al alcohol, debo admitir también que estoy tomando menos. A pesar de que esta semana he experimentado lo que es vivir con la maldición gitana (tomé lunes y ya por eso pareciera que así debe ser y fue para el martes, hoy miércoles y el futuro de la semana pinta igual). –pretextos, ¡esto es justo a lo que me refería en mi post anterior!

“Sin querer”, como resultado he bajado un poco de peso. Ya que ví que ser más saludable ayuda en muchas áreas, espero continuar tomando opciones saludables en alimentos y bebidas y por qué no, seguir eliminando los innumerables kilitos de más.

Mmm son las 2 de la mañana... creo que debo hacer efectiva la promesa de dormir mas temprano. En fin...

¡Tschus! buona notte...

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La fidelidad a la historia es la que origina el final.

La vida es como los cuentos, hay que librar grandes batallas para salvar la causa perdida y llegar al final feliz.

Terminaron las dos semanas del go green y de la “abstinencia”. ¿Qué aprendí de todo esto? Que siempre es momento de repensar el camino, tomar una nueva vereda aunque nos de miedo. Sí, claro, también lo estoy pensando ya… ni que por dos semanas se pudiera cambiar una vida… pero la verdad es que sí.

Quizá no son las dos semanas sino el mood en el que entré, uno en el que tenía que cumplir mi promesa aunque la rompiera. Una y otra vez había que recomenzar y cada vez más difícil ya que una vez que rompes tu propia promesa, crees que bueno ¡hombre!, si ya la rompí –ya me tomé una- ¿por qué no otra y otra?

Pienso que así es la vida. Nos hacemos una infinidad de promesas: seguir la dieta, tomar menos, cumplir lo que le prometimos al Grandote de allá arriba y que hemos roto cientos de veces, acercarnos a nuestros padres cuando estamos lejos, seguir perdonando a otros y a nosotros mismos; mil y sinfín de mandas por cumplir para terminar rompiéndolas y luego hundirnos en la justificación de que una vez rota, pues ya equis, ¿no?… ya no importa, ya no pudimos cumplirla.

Pero la neta es que debemos intentarlo nuevamente, para ser fieles, ganar la batalla final y que esta historia tenga una moraleja. Obviamente esta idea no es mía, proviene de mi parte favorita de una película de la que soy fans: “El señor de los anillos: las dos torres.”

Para los que han visto semejante peliculón, aún así será difícil recordar esta escena ya que cada cuadro contiene mil cosas para pensar. Mi parte favorita lo es porque me hace pensar cómo es que a todo héroe y en todos los cuentos, le aparece el momento en el que se rinde y desea dar marcha atrás, pero no lo hace -no porque no pueda hacerlo- sino porque hay alguien a su lado que le recuerda que debe seguir adelante. ¡Ya me lo estoy imaginando! Copio la escena:




!Hay wow, me encanta! No puedo evitar admirar esa escena cada vez que la veo ¿qué sería de Frodo sin Sam? pero más, ¿cómo es que podemos llegar al fin de la historia si no lo conocemos?, ¿qué papel tenemos en la historia? ¡¿Cómo terminamos en esta historia?!

Un gran amigo mío luego me mandó el mismo diálogo entre Frodo y Sam, pero el del libro. Lo pongo ahora y luego pondré la diferencia que me hizo notar mi cuate:


Frodo: -A mí no me gusta nada de aquí: piedra y viento, hueso y aliento. Tierra, agua, aire, todo parece maldito. Pero es el camino que nos fue trazado.

-Sí, es verdad –dijo Sam-. Y de haber sabido más antes de partir, no estaríamos ahora aquí seguramente. Aunque me imagino que así ocurre a menudo. Las hazañas de que hablan las antiguas leyendas y canciones, señor Frodo: las aventuras, como yo las llamaba. Yo pensaba que los personajes maravillosos de las leyendas salían en busca de aventuras porque querían tenerles, y les parecían excitantes, y en cambio la vida era un tanto aburrida: una especie de juego, por así decir. Pero con las historias que importaban de veras, o con esas que uno guarda en la memoria, no ocurría lo mismo. Se diría que los protagonistas se encontraban de pronto en medio de una aventura, y que casi siempre ya tenían los caminos tratados, como dice usted. Supongo también que ellos, como nosotros, tuvieron muchas veces la posibilidad de volverse atrás, sólo que no las aprovecharon. Quizá, pues si las aprovecharan tampoco lo sabríamos, porque nadie se acordaría de ellos. Porque sólo se habla de los que continuaron hasta el fin… y no siempre terminan bien, observe usted; al menos no de ese modo que la gente de la historia, y no la gente de fuera, llama terminar bien. Usted sabe qué quiero decir, volver a casa, y encontrar todo en orden, aunque no exactamente igual que antes… como el viejo señor Bilbo. Pero no son esas las historias que uno prefiere escuchar, ¡aunque sean las que uno prefiere vivir! Me gustaría saber en qué clase de historia habremos caído.

-A mi también –dijo Frodo-. Pero no lo sé. Y así son las historias de la vida real Piensa en alguna de las que más te gustan. Tú puedes saber, o adivinar, qué clase de historia es, si tendrá un final feliz o un final triste, pero los protagonistas no saben absolutamente nada. Y tú no querrías que lo supieran.

(…) SAM: “¡Cáspita, pensar… pensar que estamos todavía en la misma historia (la historia de los héroes del Anillo)! ¿Las grandes historias no terminan nunca?

-No, nunca terminan como historias –dijo Frodo-. Pero los protagonistas llegan a ellas, y se van cuando han cumplido su parte. También la nuestra terminará, tarde… o quizá temprano.

(…) (Sam): “Los planes grandes e importantes no son para los de mi especie. Me pregunto sin embargo si algún día apareceremos en las canciones y en las leyendas. Estamos envueltos en una, por supuesto; pero quiero decir: si las pondrán en palabras para contarla junto al fuego, o para leerla en un libraco con letras rojas y negras, muchos, muchos años después. Y la gente dirá: “¡Oigamos la historia de Frodo y el Anillo!”. Y dirán: “Sí, es una de mis historias favoritas. Frodo era muy valiente ¿no es cierto, papá?”. “Sí, hijo mío, el más famoso de los hobbies, y no es poco decir”



Copio la reflexión de mi amigo Pedro, la que me ha ayudado a resolver mis propias preguntas. Para Peter Jackson hay que serle fieles a nuestra historia por dos motivos: (i) el final está asegurado, y (ii) el bien que existe hace que la cualidad de ese final hace que merezca la pena pelear por él.

Quizá Tolkien dice lo mismo a lo largo del libro. Pero en el capítulo en el que dice algo parecido en el original, el final de la historia no es la que nos invita a seguir peleando por él. Lo importante es formar parte de una historia que contamos junto a otros; una historia que nos es dada. Parece que para Tolkien, lo importante de la historia no es sólo que el final vale la pena, sino también (i) la grandeza del conjunto de la historia, (ii) el capítulo que se nos es dado y (iii) el resto de los personajes con que nos encontramos en la misma parte de nuestra historia común.

En Tolkien, parece que el final no está asegurado, necesita de nuestra fidelidad para que éste llegue.
En Jackson, parece que el final seguramente llegará, y por eso hay que ser fieles. En la película, uno se anima a ser fiel por que el final está asegurado; en el libro, la fidelidad es la que origina el final.”

La fidelidad a la historia es la que origina el final. Uffff, pienso ahora… sí que soy fans de esta peli, pero ¿por qué es que tiene tanto impacto en mí? Quizá deseo tener un destello sobre cómo debiera ser el final de esta, mi propia historia, para serle aún más fiel. Pero para qué me hago tonta si bien que sé cuál es el final de mi historia, si es que le soy fiel.

Creo que cada uno sabemos por lo menos que debemos sernos fieles primero a nosotros mismos: a nuestros sueños, convicciones, a eso que el grillito en la noche ya cuando estamos a punto de dormir nos recuerda como lo bueno o lo malo del día, para evitarlo o repetirlo… Al final quiero ser una buena persona, una que haya podido ser de ayuda para los demás, que pueda hacer feliz a mi significant other, a mi familia, a mis amigos, a mi comunidad por lo menos. En lo personal también quisiera llegar a ese final en el que además, el Grandote me abra los brazos misericordiosamente y me deje pasar el resto de la eternidad con él.

Pero bueno ya basta, ahora sí que me he puesto filosófica… Pero igual le sigo tantito más porque creo que vale la pena…

Ya pasaron las dos semanas y ni modo que ya no escriba, si sigo teniendo el complejo de exhibicionista, ¡no se me ha quitado!. Sino tuviera el complejo de exhibicionista, ¿por qué sentiría la necesidad de escribir mis tonterías y que alguien más las lea? La verdad es que es buen momento para agradecerle a esos otros por leerlas y por su feedback que me ha ayudado cañón a pensar y a disfrutar estos momentos de cambio; también agradezco su confianza y sus comentarios.

Ya que estoy en estas quiero agradecer a mis “Sams” ya que, aunque no me considero la heroína de una historia, siempre han estado ahí para que, a pesar de mis vueltas hasta requeté atrás, me echan la mano para volver y retomar el camino. ¡Qué sería sino de mí!

A pa’ compromiso… Intentaré descubrir cómo es que puedo ser fiel a la historia para que se origine “el final feliz”.

A ver qué sale de esto.

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viernes, 16 de octubre de 2009

Step 3, salto de tigre mañanero.

Casi comenzamos la segunda semana del régimen vegetariano y las cosas se ponen mejor de lo esperado. La verdad es que no tenía ni idea de lo que era cocinar en vegetariano, lo fascinante es que continúo aprendiendo muchas cosas gracias a esta experiencia.

Uno cree que sabe comer frutas y verduras, pero no. Para mí comer vegetales era picarlos y cocerlos, porque no me gusta mucho la comida cruda. El research que me estoy aventando para cocinar algo rico cada día ha aumentado mi cultura culinaria. Ahora sí que estoy lista pa’ casarme ;)

Sobre el elixir Tapatío : a pesar de la caída me repuse de los golpes. El otro día hasta estuve neteando con el Rey Carlos *my roomate*, mientras él disfrutaba de unos shots de Tequilila… Para no hacer el cuento largo deben saber que terminamos la noche creando una aplicación en Facebook con sus frases famosas titulada “el couch del momento”. Y como no somos unos intensos, también creamos una sobre “las frases aristoteles”. Sí, sé lo que piensas… qué miedo.

Pero las noches de insomnio no terminan, las chispas de la conciencia y la imaginación viven su idilio.

Se me ocurrió un tercer cambio: despertarme más temprano. Morfeo y yo hemos tenido últimamente malos momentos, nuestra relación está un poco dañada. A insomnio le encanta hacer de mal tercio. Pero insomnio es muy bueno conmigo, me trae buenos momentos, los mejores. Ayer por la noche me hizo recordar la lista de libros por leer, me apoyó para comenzar a arreglar la habitación… interminable y permanente actividad.

Pero también me imaginé el futuro próximo, lo que significaría vivir en Nueva York si ganara la postulación a la presidencia de la organización para la que trabajo. La agonía terminará los primeros días de noviembre, cuando me entrevistarán y anunciarán al candidato ganador.

Mientras tanto lucho contra el miedo a la incertidumbre, contra aquel que me mal aconseja y me invita a tirar todo por la borda, ese que me tienta tras recordarme la necesidad de quemar las naves pero quiere que lo haga antes de tiempo; aquel que me incita a desvalorar lo que tengo ahora y quiere que lo deje anclado. Al final pareciera que lo único que quiere es que navegue, mar adentro, pero sin rumbo y así perderme. Me niego a que así sea.

Ya son las 12:33 de la madrugada, he escuchado no sé cuantas veces mi nueva canción favorita de Green Day. También unas que otras me traen buenos recuerdos.

Ya insomnio, déjame seducir por Morfeo.


lunes, 12 de octubre de 2009

Saldo deudor...

Continúo pensando en las banalidades y en los asuntos trascendentales de este fin de semana. El balance: incapaz de dejar las copas *el sábado me tome varias palomas en una fiesta en la que me la pasé súper con el galán y los amigos*; de vegetariana tengo naaaaaada en absoluto pero por lo menos no comí carne. En resumen: saldo deudor, con mucho que corregir y pensar.

Pensé podría sorprenderme a mí misma, pero en dos días es imposible construir algo… habrá que luchar más porque sino la derrota seguirá siendo el pan de mis días. Lo acepto, pude haberlo hecho mejor y estoy un poco depre pero, ¿qué es esto comparado con el resto de mi vida? ¿Tiene verdaderamente algo de importancia que cumpla mi meta de ser vegetariana por tan sólo dos semanas y dejar las copas? ¿Aprenderé algo de estas futilidades? ¿Seré capaz de no traicionarme a mí misma en cosas más grandes si soy incapaz de evitar la seducción del delicioso fruto del agave?

En efecto, creo que me está cayendo el veinte, es increíble cómo la vena filosófica puede salir del resultado de comer más greens de lo debido y no de un exceso de copas momentáneo. Veremos qué pasa. Por lo pronto, mañana es Lunes, el comienzo de la semana… esto es como la maldición gitana pero en positivo. Espero poder cumplir mi promesa mañana y ver si puedo repetirlo por el resto de la semana. *por lo menos hasta el sábado que tengo una boda y, bueno, lo usual de las bodas…*

Quizá mañana sí sea un día para comenzarse diferente. Intentaré levantarme más temprano de lo acostumbrado, darme una “shineadita”, osea una arregladita mejor a la acostumbrada con la que intentaré ponerme algo con lo que me vea más bonita; un día en el que deba mejorar en distintos detalles para perseverar en la cuesta arriba de esta pelea con las trivialidades cotidianas, que quizá y hasta se conviertan en algo trascendente.

Yuyis

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viernes, 9 de octubre de 2009

Step 1, going green… pasos para convertirme en una exitosa vegetariana temporal

Bien, el momento de la verdad: hacer la lista del super para volverme una persona ecológica. *Con decir que me estoy riendo ahora mismo de mí misma, ya digo suficiente* Con la compra de la lista y gastando mis pocos pesos en ello, cerraré mi compromiso inmaterial con un gasto que me obligará a cumplir mi promesa... (?). Osea, si gasto mi dinero, cómo no hacerlo???

Seguiré un plan vegetariano que me pasó mi mamá, mismo que, por supuesto, me ha insistido TODA LA VIDA!! seguir y claro yo en mi lugar de hija digna, me he negado a hacer. Bueno mamá, puedes estar orgullosa de mí ahora porque, I am going green; estoy haciendo el plan vegetales 24/7 desde ya.

El reto real será prepararme comida con sabor decente para no sentirme conejo. Cabe destacar que en cuanto le conté a mi novio de mi plan green se rió de mí y me recordó que este fin tenemos una carne asada en casa de unos amigos. Por un momento pensé comenzar el lunes para poder ir a la comida y atacar ese costillar que tanto me gusta, pero estoy segura de que si lo pospongo, seré incapaz de cumplir mi promesa. Nota final: me apodó raccoon girlfriend... by the way!

Continuando con mi historia de how I am going green... después de superar la carrilla de mis roomates en casa por volverme veggie y de la tentación del costillar, he terminado mi lista y estoy preparada para este paso que voy a dar. Mañana por la mañana de hecho también me haré unos tests *no psicológicos claro!*, sino examenes de salud para ver en dónde estoy parada. Aunque salga bien, seguiré con este plan de cero tolerancia al alcohol y a las proteinas animales...

Yuyis

Resultados de una noche de insomnio...

Creo que he pensado demasiado sobre los innumerables momentos en los que he pensado cambiar mi vida. En exceso he creado estrategias para las metas al día de hoy incumplidas… muy poca acción diría yo. Obvio no me estoy tirando para que me cachen, claro que pienso que sí he hecho algo de provecho con mi vida, pero no es suficiente hacer cosas, se necesita un cambio desde dentro, desde el estilo de la vida, algo así como holístico.

No sé, es que a mí así me pasa… Te levantas un día por la mañana, sientes que encontraste el camino en el que quieres andar, traes el paso seguro, buena velocidad, la máquina bien aceitada con la energía a tope… Escoges algo que ponerte que sabes te queda bien, te arreglas el pelo, te pones algo de maquillaje *quieres verte bonita porque hoy es tu día*… y acabas el día con los pelos de punta, echándote un drink con el galán o las amigas sin haber completado las tareas que te asignaste.

Bueno, hoy es un día más de estos en mi vida. Me he puesto dos metas para estas dos próximas semanas: una dieta vegetariana y no beber alcohol. ¡No más alcohol en mi sistema! Okay es cierto, lo he dicho muchas veces, pero más me vale cumplirlo esta vez aunque sea por mi salud. Sobre la dieta vegetariana, quiero limpiar mi sistema, desintoxicarme… los meat lovers me dicen que no pasa nada con la carne, que no me intoxica…obvio yo no pienso que me intoxico comiéndomela. Si puedo comerme todo un costillar sin pena alguna… es nomás que quiero darle un cambio a mi sistema, balanceado y todo pero un verdadero cambio.

Sólo que hoy comencé el día diferente. No me levanté a arreglarme y ponerme bonita. Me levanté después de una noche difícil a trabajar y a perder el tiempo pensando en el cambio urgente de mi vida. Por eso decidí comenzar estas notas, a ver qué sale de todo esto, igual sirven para confirmar lo re loca que me estoy volviendo cada día… igual y hasta me sorprendo a mí misma…

Yuyis

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